23/4/13

Feliz día del libro




"El lector promiscuo: empieza un libro y no duda en abandonarlo por otro. Así es su dieta lectora. No puede evitarlo. Le gusta demasiado leer y no sabe decir que no.
El lector cascarrabias: voraz a la par que exigente. Nunca deja un libro a la mitad aunque no le guste nada y opine que el autor no sabe juntar dos frases seguidas con sentido. Suele lanzar el libro contra la pared.
El lector cronológico: lento y constante. Se compra un libro, lo lee y vuelve a la librería a por otro. Es la antítesis del lector promiscuo. Sólo abandona un libro sin terminar de leerlo si tiene una razón de peso y ni con esas se libra de los remordimientos de conciencia.
El lector aniquilador: siente pasión por los libros, los lleva a todas partes y, por eso, toda su biblioteca está formada por libros con las hojas sueltas, las cubiertas rotas y las páginas amarillentes. Quiere tanto a sus libros que ni se da cuenta de que les hace daño.
El lector ocupado I: amante de los libros, entra a una librería y no puede evitar comprar varios ejemplares. Luego llega a casa y los coloca en una estantería o en la mesita de noche como si fueran una obra de arte. Pero está muy ocupado y tarda meses, años incluso, en abrir los libros y leerlos. Cuando lo hace, lamenta haber tardado tanto en leer esa maravillosa pieza literaria.
El lector ocupado II: no le gusta leer, compra los libros para presumir.
El librófilo: más que leer, le gustan los libros. Los viejos, por su olor, sus arrugas y sus páginas amarillentas, y los nuevos, por su olor, su frescura y su disponibilidad.
El anti-lector: nunca lee libros porque son demasiado largos.
El espíritu libre: dícese de un adulto que lee literatura para jóvenes o de un niño que lee libros para adultos. Antaño esto era causa de sonrojo, pero ya no. La sociedad ha aceptado a estos espíritus libres que nunca han hecho caso de las estrictas categorías del mercado editorial.
El multi-tarea: lee varios libros a la vez, confunde tramas y personajes, pero siempre los termina. 
El lector somnoliento: sólo tiene tiempo de leer cuando acaba el día, en la cama. Está comodísimo y el libro es fantástico, pero no consigue mantener los ojos abiertos y se despierta a las tres de la mañana para cerrar el libro y apagar la luz."

Papeles Perdidos, 03/09/2012
The Atlantic, 29/09/2012

Fotografía: Andre Kertesz 

(Me identifico con el cronológico, el aniquilador, el librófilo y el espíritu libre).

2 comentarios:

  1. Me ha requetencantado el texto :D A ver yo...

    - Soy una mezcla entre lector cascarrabias y cronológico. A veces he acabado libros que he considerado ultrainfumables. No me gusta nada abandonarlos, aunque lo he hecho alguna vez, pero con una culpabilidad tremenda.

    - Fui una lectora ocupada otrora, ahora sí tengo tiempo -lo busco- para leer. Eso me ha convertido, principalmente, en una lectora cuasi-somnolienta. Más que nada porque, en vez de dormirme leyendo, a veces tengo que dejar de leer para dormirme. Anoche, sin ir más lejos, se me hizo una hora intempestiva leyendo xD

    - También soy librófila, me encantan los libros bonitos. O raros. O antiguos. Y he sido siempre un poco espíritu libre. De pequeña leía libros de mayores, y de mayor leo libros infantiles o juveniles. El mundo al revés. :)

    Muak! :D

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