7/9/13

Verano



De nuestro primer verano juntos me acuerdo de todo. Del calor, de la casa siempre en penumbra, de como me mirabas por ir siempre descalza, de los libros leídos en el suelo de la cocina, de mi obsesión por lavar los platos después de cenar, de las puertas abiertas en habitaciones separadas, de las sobremesas interminables, de los silencios, de las miradas. Me acuerdo también que fue un verano largo, de los que duran hasta finales de septiembre, porque esperó que volviese de Bosnia para arriesgar por ti, por nosotros.

Este verano también se está haciendo interminable, y no sólo porque el 6 de septiembre haga el mismo calor que el 6 de julio, sino porque estoy cansada. Cansada de este trabajo que, aunque me ha hecho crecer tanto, me chupa la vida; de tanto ir y venir, de mi cama individual, de skype y “la conexión no es buena para mantener el vídeo”, de justificar lo que hago,  de explicar mis decisiones… De esperar nuestro momento, otra vez.


(Fotograma de De repente, el último verano, Mankiewicz, 1959)

No hay comentarios:

Publicar un comentario