9/11/15

Octubre en libros

Como no me estoy pasando muy amenudo por aquí se me están juntando unas entradas con otras, pero tengan piedad de esta humilde servidora que por fin está cumpliendo el plan deportivo que se propuso allá por enero o febrero y, aunque sea con 10 meses de retraso, es toda una satisfacción, a pesar de que haya días que no pueda bajar las escaleras o el simple hecho de coger algo de los estantes altos se convierta en una tortura.
En fin, a lo que vamos En octubre leí dos libros, que es el ritmo que estoy llevando desde hace unos meses, aunque ahora mismo estoy estancada y no sé si en noviembre seguiré así.
Canciones de amor a quemarropa es una historia formada por varias vidas. (ATENCIÓN: SPOILERS) Cada capítulo está narrado por un protagonista, aunque puede decirse que entre ellos destaca como personaje principal Lee, un músico de éxito que siempre vuelve a su pueblo natal, y que es el que peor me ha caído de todos. De hecho, quien más me ha gustado ha sido Kip, y prácticamente el autor le maltrata en esta novela. Luego están Henry, que es un soso; Beth, que es una cobarde; y Ronny, que según dicen se ha quedado medio tonto después de caerse de un toro en un rodeo, pero a mí me parece el más normal de todos. La trama está bien, digamos que es bastante interesante; y ya que el estilo del autor es sencillo y directo; el libro se lee fácilmente. Ahora bien, en sus virtudes están sus defectos; porque lo que no me ha gustado es que, precisamente, la narración es siempre igual, osea, que los personajes no tienen su propia voz. Como he dicho antes, cada capítulo está escrito en primera persona desde la perspectiva de cada uno de los protagonistas; pero la verdad es como si hablase siempre la misma persona sólo que contando vidas diferentes.
Historias de Roma tenía muchas ganas de leerlo y no me ha defraudado ni un poco.  Puede ser que al leerlo en plena fase de melancolía romana esté un poco eclipsada, pero aún así me arriesgo a recomendarlo muchísimo porque, lo principal, es que Enric González dice verdades como puños sobre Roma y los romanos. La primera de todas es que la mejor birra italiana es la Menabrea, que precisamente no es de la región y es difícil encontrarla en bares y restaurantes de la capital. También es verdad que Roma es tan caótica como una ciudad asiática, pero en los raros momentos de tranquilidad que tiene se vuelve mágica; y aunque sea una gran ciudad europea, nunca ha dejado de ser un grupo de barrios con sus negocios tradicionales y sus vecinos que se conocen y se saludan a diario (incluso en el centro). Y luego están los romanos, muy formales en el trato de desconocidos, pero tan campechanos con los conocidos que parecen más bien salidos de un minúsculo pueblo de interior en vez de La Urbe; y además dejados y llenos de desidia en la superficie, pero alegres y generosos en el fondo. Además de esto, hay algunos apuntes sobre historia, lugares que visitar, recomendaciones de restaurantes...
Y ahora os presento a mi nueva torre de libros comprados todos ellos en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Puede parecer que la cosa se me fue de las manos, pero no; es que había unos chollos... Por ejemplo, pagué 15 € por El tiempo entre costuras y El jilguero, ambas ediciones en perfecto estado. El resto de libros me costaron entre 4 y 7 €, y son todo títulos de los que pueblan la lista de pendientes y como digo en condiciones fantásticas, una ganga vaya. Desde luego, voy a dejar de comprar por una buena temporada, excepto que algún ilustrado o historia gráfica se cruce por mi camino, claro. Eso sí, a ver cuando los leo...

1 comentario:

  1. Uhm, Daniel Glattauer. Tengo que leer algo más de ese hombre, que me sentaba muy bien :)

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